Con la salida del Samsung Galaxy Tab ya tenemos por fin un contrincante real para el iPad. Digo contrincante porque buscan público parecido y real porque que Samsung tenga el Galaxy Tab es ya una declaración de intenciones de que los tablets con Android han llegado. Otra cosa es si lo hacen en el mejor momento o de la forma adecuada.
Mientras el tablet de Samsung queda definido más como un teléfono avanzado que crece en pantalla para aumentar sus posibilidades, el iPad de Apple sí que plantea el concepto de tablet de consumo para contenidos, navegar por Internet y comunicación ocasional. Dicho de otro modo, el Galaxy Tab sobresale del bolsillo y el iPad se sale de él.
Hardware, dos ideas diferentes
Seguramente, y es mucho decir, la parte física del Galaxy Tab y el iPad sean la parte que tienen más en común. Ambos equipos ocupan un área perdida entre los teléfonos móviles y los portátiles de menores dimensiones. Podríamos incluso valorarlos como ultraportátiles maduros, siempre con matices.
Más allá del área de ocupan, las dimensiones de las pantallas es el primer encontronazo entre el iPad y el Samsung Galaxy Tab. El primero apuesta por una pantalla cuadrada de casi 10 pulgadas y resolución de 1024×768 píxeles que con toda seguridad no tardará en mejorar gracias a la incorporación en la siguiente generación de un panel Retina Display.
El modelo de Samsung se queda en las siete pulgadas y la resolución es muy similar, 1024 × 600 píxeles. Ellos han optado por un formato de pantalla apaisado más acertado a mi parecer y cómodo a la hora de sostenerlo con una mano. Lo que ha desaprovechado Samsung es colocar una pantalla mucho mejor, SuperAMOLED por ejemplo, para poder destacar y mejorar cómo se verá la misma en exteriores, pues el Galaxy Tab está más enfocado a sacarlo de paseo.
Con un grosor similar, el Samsung Galaxy Tab gana la partida del peso por goleada: 380 frente a los más de 700 del modelo 3G de iPad equivalente. Sin duda uno de los puntos fuertes del tablet de Samsung, que aún con 7 pulgadas mantiene el tipo muy bien.
A falta de comprobar de primera mano la fluidez de funcionamiento de Android 2.2 en el Galaxy de Samsung, el procesador Apple A4 y el Cortex A8 andan a la par en velocidad pero el control que Apple hace del procesador más software prometen mejor experiencia con el iPad.
De las conexiones físicas debemos dar un minipunto a Samsung por incluir una ranura para tarjeta de memoria microSD que permite ampliar la capacidad disponible de 16 y 32 Gb de serie. Por lo que no ha optado es por colocar puerto USB ni salida de televisión vía HDMI. Apple evidentemente tampoco la tiene en su iPad.
También mejora el Samsung Galaxy Tab al iPad actual en la cámara de fotos, más que nada porque el tablet de Apple no lleva. Son dos, una frontal para videoconferencias y otra principal para hacer fotos, algo en lo que pocos piensan cuando ven el Galaxy Tab.
Conectividad, cada uno tira para su lado
En la parte de conectividad de nuevo hay muchas diferencias. El Samsung Galaxy Tab no tiene versión solo WiFi y apuesta de inicio por el 3G. Potenciar su uso como elemento de comunicación de voz y SMS es uno de sus propósitos, así que no cabía otra opción.
La conectividad WiFi y Bluetooth se elevan a la máxima potencia en el modelo de Samsung con la apuesta por los tipo n y 3.0 respectivamente. Es claramente superior al iPad en la capacidad del bluetooth, no limitado. El tablet de Apple gana sin embargo en la inclusión de GPS. En la autonomía ambos aguantan prácticamente lo mismo.
Aplicaciones y sistema operativo, el quid de la cuestión
Más o menos abierto, mejor o peor en diseño o conectividad, lo verdaderamente importante de estos tablets serán las aplicaciones. Y ahí Apple de momento lleva las de ganar. Su iOS ha sido adaptado muy bien al iPad, mientras que con Android todo son preguntas que hacerse.
Pero hay otros dos factores importantes. Uno es el de los desarrolladores, que se sienten mucho más cómodos (una vez aceptadas las condiciones de Apple) a la hora de desarrollar para una plataforma controlada y en la que se ha demostrado desde hace tiempo que funcionan las aplicaciones y se hace dinero. Por otro lado, hay separación entre aplicaciones para el iPhone y las que son para el iPad, algo vital.
Android y por tanto el Samsung Galaxy Tab contará con la ventaja y desventaja al mismo tiempo de que sea usado en varios equipos diferentes. Y en lo abierta de su solución, pero quizás hayan cometido el error de empezar la carrera sin tener el coche listo.
Al final, la sensación para el consumidor es de que Apple lo tenía todo pensado con la salida del iPad mientras que los tablets con Android son de momento un experimento a la búsqueda de suerte y el apoyo de desarrolladores. Con HoneyComb la historia podría cambiar.
En mi opinión personal la decisión final la tiene el consumidor final. Pero lo que si puedo alegar es para que demonios quieres una Tablet con bluetooth si no puedes compartir cosa con tus amigos por ejemplo música, imágenes etc. (ipad) , además de que no puedes conectarle una memoria usb y checar tus archivos :S
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